En cuanto a Taiwán, es una suerte que una de las grandes virtudes de los chinos sea la paciencia. A esta virtud no teologal hay que añadir de inmediato su normalmente desconocido sentido del humor. Yo les conozco de Nigeria, no de la propia China, pero puedo asegurar que eran chinos chinos, es decir, chinos de China.
Un amigo chino y vecino mío en una residencia de invitados de una familia nigeriana muy importante (aquí confundo sin distinción alguna ser importante con ser rico, porque para ser rico sólo hay que tener dinero, ser importante es otra cosa, mejor dejarlo claro), me decía entonces ese buen chino, que no se sentía muy bien tratado, que sólo cuando algo no era de su placer -aqui mejor poner de su gusto-, le decían algo, si no, era totalmente ignorado. Yo no le recomendaba paciencia porque todo él y su esposa, su ayudante de cocina, eran la inteligencia personificada, que viene a ser mismo. Este cocinero, compendio de virtudes chinas, me decía: "no te preocupes amigo mío, cuando ellos se sientan a cenar, yo ya he cenado".
Así, sin entrar en lo que yo pueda pensar de lo que ocurre en Taiwán, si unificación o independencia, y de los intereses de Estados Unidos, que siempre son los mismos, como son los mismos los guiones de sus películas, lo que creo es que, con razón, Xi Jinping -una suerte este presidente de China, chino, como ellos solos- es un hombre con la inteligencia acumulada de milenios con un sentido del humor que le permite incluso no reírse a carcajadas. Pues resulta que Taiwán está armando con pistolas y ametralladoras (de verdad, no crean) milicias que llaman "milicias del miedo". No sé si el presidente de China, el ejército de China y todos los chinos, incluidos los cocineros y sus mujeres -incluidas las que les ayudan en la cocina-, esta vez se podrán contener la risa. Y mientras se aguantan la risa, su influencia en el mundo, a pesar de su potencial militar, no es otra que la que confluyen en los mercados, en el comercio globalizado, y en la relación y la influencia política -influencia por los intereses de éstos mercados-, que no intervención e imperativos obligados como hacen sin cuento los americanos -no los demás americanos, me refiero a los que nos inundan de películas que exportan democracia. Por poner un ejemplo, la de Afganistán, un reducto de democracia exportada, inteligencia y buen humor, como sabemos, la sociedad que más se ríe del mundo.
Así pues, ahora resulta que Taiwán, dicen, se está preparando para una posible invasión china. Sin duda se trata de que estemos entretenidos, lo pasemos bien y nos ríamos un rato.
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