Suelen ser cíclicas estas situaciones, y, recuerdo que, en 2020, comentamos en algunos Artículos similares, protestas surgidas, por ejemplo: LUCHAR EN LOS ARCENES Y SENTENCIADOS EN LOS DESPACHOS.
En aquella ocasión se trataba de recortes presupuestarios sobre un monto para el periodo 2021-2027, que rozaba los 344.000 millones de euros, agravados, entonces, hoy también, por la tradicional escasa fuerza de España como Estado ante políticas desarrolladas por otras membresías comunitarias, y como siempre, salíamos perjudicados en el reparto de fondos.
Pero España, descrita a menudo como la "huerta de Europa", continúa a pesar de todo, siendo el primer exportador europeo de frutas y hortalizas, sin embargo, el sector agrario español atraviesa dificultades, principalmente por la sequía que asola el país desde hace tres años.
También, en esta ocasión salen a la palestra otros puntos de afectación: La competencia desleal, especialmente señalados, Marruecos y Turquía que con sus productos agrícolas puedan afectar negativamente a los productores agrícolas europeos.
Respecto a lo anterior, las diferencias en los costos laborales y normativas medioambientales pueden crear condiciones desiguales para los agricultores europeos en el mercado global.
Seguiríamos, con la falta de apoyo para agricultores de la pequeña y mediana empresa frente a las grandes explotaciones agrícolas que disponen de mayores recursos para beneficiarse más de los subsidios de la PAC.
Igualmente, e importante para España, se culpa al cambio climático a través de severos cambios en los patrones de precipitaciones y aumento de las temperaturas. Esto puede afectar la producción de cultivos, junto a la disponibilidad de agua, lo que requiere adaptaciones por parte de agricultores y autoridades españolas.
Otros aspectos, además, como la excesiva y compleja burocracia, junto a posibles desigualdades y distorsiones en la competencia entre los agricultores de los diferentes Estados Miembros, podrían ser el caldo de cultivo para una abstención electoral masiva y nuevos aspirantes a puestos relevantes.
Aparte, los países miembros del Este de Europa: Hungría, Polonia y la casi Rumania, permanecieron sin poder vender sus cosechas.
Hasta ahora, el sur de Europa se ha librado de la peor parte de las protestas, pero las cosas pueden cambiar pronto, pues el pronóstico es que italianos y españoles comenzarán sus propias movilizaciones en un futuro cercano, sin dejar pasar más tiempo contemplando el precio que se abona en origen y el que paga el consumidor en la cesta de la compra.
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