Ana Vázquez presidenta del Colegio Profesional de Logopedas de Galicia. Una innovadora y activa militante por los derechos profesionales de los Logopedas
UNA TITULACIÓN NO HACE UNA PROFESIÓN SINO QUE SIRVE PARA MUCHAS OTRAS. LA LOGOPEDIA ABARCA FUNCIONES NECESARIAS E IMPRESCINDIBLES PARA MUCHOS ÁMBITOS DEL SABER.
Ana Vazque presidenta del CPLG, y del Consejo General de Logopedas de España, dando una nueva lección de apoyo a la profesión y ponerla en el lugar que se merece y en términos de igualdad.
A propósito de la inclusión educativa.
Si bien se ha escuchado últimamente voces en las asociaciones de familias solicitando que los asistentes personales, reconocidos ya en la ley –LISMI– y recursos de asistencia a la dependencia, es necesario reflexionar un poco más sobre este tipo de profesionales para saber cual es su papel en los centros educativos.
Para empezar es necesario decir que, es una figura necesaria y vinculada a una persona con discapacidad y muy especialmente en el ámbito educativo y laboral para desarrollar sus capacidades al máximo.
También es necesario aclarar que no está dentro de los recursos educativos y que el perfil profesional es tan variado como necesidades que pueda presentar el alumnado o la persona que lo precise.
Me voy a referir los niños y niñas, así como jóvenes, que sus mayores dificultades están en el lenguaje o en la comunicación y dentro de los centros educativos presentan dificultades para seguir el currículo ordinario
Imaginemos a un niño que tenga trastorno de espectro autista con grave afectación en la comunicación verbal. Supongamos un caso concreto. Niño de diez –10 –años matriculado en quinto –5– de primaria. Presenta regresión TEA a los cinco años de edad con buena comprensión del lenguaje oral pero escasa producción. Nuestro sistema educativo nos hace pensar en la plena inclusión y por tanto vamos a buscar medidas de refuerzo educativo y no de adaptación curricular significativa porque es la última de las opciones. En este caso el equipo de orientación, así como la persona encargada de audición en el lenguaje y la de pedagogía terapéutica –profesional educativo en el centro– que trabajan en el aula el máximo número de horas resultando que el niño está escolarizado cinco horas diarias durante cinco días a la semana que no se pueden cubrir desde estos departamentos. En este caso la «asistencia personal» de mano de un logopeda –profesional sanitario externo al centro– y conozca perfectamente las capacidades y limitaciones del niño, le permite sacar el máximo potencial con el mínimo estrés para el alumno, familia, y equipo educativo.
¿Por qué un logopeda?
Porque puede atenderlo, porque es su competencia y su conocimiento, los casos de disfagia en la alimentación, de métodos de apoyo en la comunicación, cualquier sistema aumentativo y alternativo de comunicación así como trabajar desde el aprendizaje y acceso a la comunicación efectiva. Siempre siendo una labor de apoyo para el alumna y alumno y convirtiéndose en la aguja y el hilo que va uniendo todo el puzzle. Es una posibilidad que tienen hoy por hoy y bajo el amparo de la ley de dependencia y educativa para que los niños y niñas puedan desarrollar todo su potencial minimizando el abandono escolar.
Si queremos garantizar educación de calidad, todos y todas tenemos un compromiso. Por una enseñanza adaptada a cada necesidad.