Con la llegada del otoño, la naturaleza se transforma y, con ella, también lo hacen nuestras condiciones de salud. Aunque muchos pueden disfrutar de los colores del paisaje otoñal, para una parte significativa de la población, esta época del año trae consigo un agravamiento de los síntomas de enfermedades autoinmunes.
Una Realidad Alarmante
Según un estudio dirigido por la Dra. Pilar Brito, jefa del Servicio de Medicina Interna del Hospital Sanitas CIMA, el 11% de la población general, es decir, una de cada diez personas, sufre de enfermedades autoinmunes. Estas patologías, que incluyen condiciones como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico y la enfermedad de Sjögren, experimentan un empeoramiento notable con los cambios estacionales. La Dra. Brito ha demostrado en su investigación que las alteraciones climáticas, como los cambios bruscos de temperatura, la disminución de la luz solar y el aumento de la humedad, pueden desencadenar brotes y agravar los síntomas de estas enfermedades.
Efectos del Otoño en la Salud
El impacto de la disminución de la luz solar es particularmente preocupante. La falta de exposición al sol reduce la producción de vitamina D, un nutriente esencial para la regulación del sistema inmune. “El frío y la humedad empeoran los síntomas de muchas enfermedades autoinmunes, especialmente las que afectan las articulaciones”, explica la doctora. Para los pacientes, esto puede significar un aumento en la fatiga y el dolor articular, que son ya síntomas comunes de estas condiciones.
La Dra. Brito destaca la sensibilidad de todas las enfermedades autoinmunes a los cambios de estación. "Con la llegada del otoño, muchos pacientes pueden encontrar dificultades para mantener su equilibrio inmunológico", afirma. Esta realidad se agrava especialmente en los adultos mayores, quienes suelen tener un sistema inmunológico más vulnerable y son más propensos a infecciones respiratorias.
Consejos para Manejar los Síntomas
A pesar de estos retos, los expertos coinciden en que es posible manejar mejor los síntomas y reducir los efectos negativos del otoño. A continuación, se presentan algunas recomendaciones prácticas:
- Vestirse por Capas: Mantenerse abrigado y evitar cambios bruscos de temperatura es esencial. Usar ropa térmica y mantener una temperatura estable en el hogar puede ayudar a reducir la rigidez articular.
- Ejercicio Suave: Mantener una rutina de ejercicio, aunque sea de bajo impacto, puede ser beneficioso. Actividades como caminar, nadar o practicar yoga ayudan a mejorar la circulación y mantener la movilidad.
- Prevención de Infecciones Respiratorias: Lavarse las manos con frecuencia, evitar el contacto con personas enfermas y vacunarse contra la gripe son medidas clave para protegerse de infecciones que pueden agravar los síntomas.
- Alimentación Equilibrada: Seguir una dieta rica en frutas y verduras de temporada, así como alimentos que fortalezcan el sistema inmune, puede contribuir a una mejor respuesta ante los cambios estacionales.
- Descanso Adecuado: Dormir entre 7 y 9 horas cada noche y establecer una rutina de sueño puede ayudar a mejorar la calidad del descanso y disminuir la fatiga.
Atención Especial a los Mayores
La Dra. Miryam Piquera, directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores, subraya la importancia de prestar atención a las personas mayores con enfermedades autoinmunes. Este grupo es especialmente vulnerable a los efectos del otoño, tanto por su menor actividad física como por un mayor riesgo de infecciones respiratorias. “La combinación de factores estacionales puede provocar un agravamiento de los síntomas”, advierte.
Conclusión
El otoño trae consigo una serie de cambios que pueden afectar gravemente la salud de quienes padecen enfermedades autoinmunes. Sin embargo, con la implementación de estrategias adecuadas y un enfoque proactivo en el autocuidado, es posible mitigar estos efectos. La colaboración entre pacientes, médicos y cuidadores es fundamental para garantizar que las personas afectadas puedan afrontar esta estación con la mayor calidad de vida posible.