La corrupción por vía de hecho y tolerada por los tres poderes del estado. En democracia y sigue.

LA COMISIÓN DE LA VERDAD, DEBE INVESTIGAR LA GRAVE Y DELICTUAL OPERACIÓN COLUMNA CONTRA TODA LA SOCIEDAD.

Vivir por nada o morir por todo: La lucha de los guardias civiles expulsados por solicitar sus derechos constitucionales en España.

. El principio de legalidad y seguridad jurídica obliga a cumplir las resoluciones judiciales especialmente las del TEDH. España camino de la quiebra por la indecencia del estado de derecho secuestrado.

«Vivir por nada o morir por todo»

España, un país con una rica historia de lucha por los derechos y libertades fundamentales, ha sido testigo en los últimos años de una contienda interna que ha conmovido a la sociedad y ha puesto a prueba sus valores democráticos. Se trata de la lucha de los guardias civiles que fueron expulsados por solicitar sus derechos constitucionales.

La Guardia Civil, una institución venerable en España, ha desempeñado un papel crucial en la preservación de la seguridad y el orden público. Sin embargo, algunos de sus miembros se encontraron en una encrucijada entre cumplir con su deber y defender sus derechos constitucionales y poner coto a la corrupción instalada en el régimen democrático. El conflicto comenzó cuando un grupo de guardias civiles decidió alzar la voz en busca de mejoras laborales y salariales, argumentando que sus condiciones de trabajo eran precarias y que su sueldo no era suficiente para mantener a sus familias. Trabajaban las 24 horas, careciendo de regulación de jornadas, sin descansos semanales, de material de prevención de riesgos laborales y hasta comprando y pagando los uniformes de trabajo.

La Constitución Española de 1978 garantiza el derecho a la libertad de expresión y la libertad de asociación y  sindical, principios fundamentales en una sociedad democrática. Sin embargo, a pesar de este respaldo legal, los guardias civiles que se unieron a este movimiento se encontraron con una respuesta sorprendente por parte de las autoridades. En lugar de ser escuchados y atendidos, muchos de ellos fueron objeto de represalias, detenciones ilegales y sanciones, que incluyeron su expulsión de la institución que habían servido con honor.

Esta situación dio lugar a un dilema moral y ético para estos guardias civiles: ¿deberían callar y continuar viviendo en condiciones adversas o luchar por sus derechos constitucionales, arriesgando su carrera y estabilidad? Optaron por lo segundo y, al hacerlo, se convirtieron en símbolos de la lucha por la justicia y la democracia en España.

La respuesta de la sociedad española fue variada. Algunos los consideraron héroes valientes dispuestos a sacrificarse por el bien común, mientras que otros los vieron como desleales a la institución que juraron defender. Sin embargo, es fundamental comprender que la lucha de estos guardias civiles no era en contra de la Guardia Civil en sí, sino en busca de una mejora de las condiciones laborales y el respeto a sus derechos fundamentales, así como prestar un servicio a la sociedad de calidad y de excelencia.

El caso de los guardias civiles expulsados puso de manifiesto la necesidad de un diálogo abierto y constructivo en la sociedad española sobre los derechos laborales y sindicales en el ámbito de las fuerzas de seguridad. La democracia se nutre del debate y la discrepancia, y estos valientes hombres y mujeres ejemplificaron el valor de defender los principios constitucionales incluso cuando enfrentan adversidades.

En la actualidad, la lucha continúa, ya que muchos de estos guardias civiles han buscado justicia a través de los tribunales y organizaciones defensoras de los derechos humanos. Su lucha no solo es por sí mismos, sino por el respeto a los derechos de todos los ciudadanos y el fortalecimiento de la democracia en España. Todo cuanto decían y denunciaban por las calles y pueblos de España relativo a la corrupción generalizada acabó siendo una realidad patente, los encarcelamientos, expulsiones y acusaciones de rebelión y sedición militar trataban de evitar que la corrupción en las altas instancias del estado saliera a la luz.

En última instancia, «Vivir por nada o morir por todo» se ha convertido en un lema que trasciende la experiencia personal de estos guardias civiles expulsados. Es un llamado a la reflexión sobre la importancia de defender los derechos constitucionales y la justicia en una sociedad democrática. Su valentía y determinación nos recuerdan que, a veces, la lucha por lo que es justo puede requerir sacrificio, pero es un sacrificio que merece la pena por un futuro más justo y democrático para todos.

Para finalizar Ya. El Tribunal Europeo de Derechos humanos en sentencia 69966-01 al igual que el tribunal constitucional de España en recurso de amparo 871-90  reconoció los derechos de los guardias civiles democráticos y además obligó a España a restituir sus derechos al igual que condenó al estado Español por delitos de detención ilegal, sin que hasta el día de hoy estas sentencias de los más altos tribunales europeos y españoles tuviera efectos generales para todos los guardias civiles. A todo lo señalado se debe añadir tres resoluciones parlamentarias del congreso de los diputados de España, que ordenó el inmediato reconocimiento y rehabilitación de los UMDVERDES, que con gran valor se enfrentaron a la corrupción como les obligaba sus códigos éticos y la legislación democrática existente.