Creemos por defecto que doctrinas políticas como el Fascismo o el Comunismo son de natural antagónicas, y erramos de pleno. Nótese el “por defecto”, y se entenderá mejor mi aseveración.
Desconfía de quien dice: “O estás conmigo o contra mí”, pues solo pretende arrebatarte la libertad.
Aunque este título suene a verso de Miguel Hernández y su Niño yuntero, encaja perfectamente en la preocupación que hoy deberíamos tener los adultos. Pero el ser humano está pasando de ser un sujeto inteligente y consciente a torpe e inconsciente. O tal vez fue siempre como es y son las malas influencias, los adoctrinamientos, la creación de actitudes y conductas propiciadas por un determinado contexto, un ambiente y entorno enmarcado en la cultura social del momento, en lo que solemos llamar el espíritu de los tiempo (el Zeitgeist del pensamiento hegeliano), que, al fin y al cabo, determina el marco de la ideología prevalente. En el fondo no es más que una forma de entender y vivir la vida, en un momento dado, bajo una ética y moral maleables sujetas a la influencia de las formas e ideas imperantes para crear una sociedad acorde a determinados intereses de grupo.
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Artículo de opinión – Jennifer García
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