Hoy se cumplen cuarenta y seis años de la primera manifestación de policías y guardias civiles pidiendo derecho a tener médico y seguridad social
Puede que muchos se crean que estemos hablando de un cuento con nodo incluido, pero lo cierto es que a las Fuerzas de Seguridad del Estado –Policía y Guardia Civil– no nos han regalado nada, nos han eliminado todo y lo que se ha conseguido ha sido a fuerza de sangre, dolor y sacrificio. Garantizamos los derechos constitucionales y ni siquiera en democracia por los cauces legales se nos daba el derecho básico y humano a gozar de asistencia sanitaria como a cualquier trabajador.
Nunca nos podremos olvidar de aquellos compañeros que un día como hoy diecisiete de Diciembre de mil novecientos setenta y seis, juntos y en manifestación prohibida e ilegal, porque tampoco teníamos derecho a poder solicitar y ejercer el derecho a manifestarnos, por las calles de Madrid especialmente a gritos por las calles solicitaron juntos y unidos el derecho a «Medico y asistencia pública para ellos y para sus familias».
Se conoció como la manifestación por el derecho a tener Seguridad Social. Hoy es el día de recordar a la cantidad de valientes policías y guardias civiles democráticos que poniendo en riesgo su puesto de trabajo y su libertad ejercían sus derechos humanos y constitucionales.
Nada en la FSE, les han resultado fáciles, son los garantes del ejercicio de los derechos y libertades constitucionales y no gozan de los mínimos derechos de ciudadanía, ni de los mínimos derechos de prevención de riesgos, y además ni tienen salarios ni condiciones de trabajo que se equiparen con otros cuerpos de seguridad social locales y autonómicos.
Un pequeño homenaje a esos valientes que pedían médico y asistencia sanitaria y que fueron detenidos, encarcelados y expulsados, a posterior y en breve plazo readmitidos, algo que dignificaba y dignificó a los políticos de la transición, de los que tienen que aprender los políticos y nuevos ricos que actualmente nos gobiernan como nueva casta social de este país descontrolado y arruinado.
Para finalizar Ya, contar la historia vivida en primera persona de nuestro querido amigo y compañero destinado en Lugo, Pedro Orozco ya fallecido y que en paz descanse, el inolvidable Pedro: Fui a la manifestación de la seguridad social y, después me vine pitando a casa, el auto quemaba por todas las esquinas, cuando entro en mi casa, a nada llaman a mi puerta para comprobar si estaba en ella, llegué yo y llamaban a la puerta, vestido tal y como llegué me metí en cama, y abrió la puerta mi mujer, a la que le preguntaron por mí indicando que estaba en cama, solicitando comprobar que estaba allí, una vez me vieron marcharon, no paraba de sudar. Esta historia que Pedro nos contó y vivió por los pelos no lo llevó a la cárcel a muchos otros a los que les debemos tener médico y seguridad social les llevó a la cárcel pero nunca a nuestro olvido. Son los imprescindibles que nos enseñaron el camino por los derechos constitucionales y humanos. Un sencillo homenaje a su lucha y a su recuerdo. Nada nos ha sido fácil.