Se aproximan las Elecciones Gallegas y no cabe descartar que tanto la abstención como “cualquier otro giro de tambor de revolver” que supone la ruleta rusa de unas Elecciones, hagan acto de presencia como ratificación o rechazo que dispensamos a nuestros políticos.
En general, las altas tasas de abstención pueden deberse a diversas razones, como la desconfianza en los políticos, la apatía política, la percepción de que el voto no tiene un impacto significativo, problemas económicos, entre otros, etc.
Pero la abstención a mi modo de ver, y así lo vengo sosteniendo desde hace tiempo, implicaría dentro de los rechazos a otro más: “intentar insultar a posteriori la inteligencia del votante” como consecuencia del torrente de tantos acontecimientos inesperados que se vienen sucediendo.
Según datos de EL PAÍS, el porcentaje de abstención en las pasadas Elecciones Autonómicas de 2020, fue del 51.03%.
En las previas de 2012 y 2016, fueron respectivamente del 36.20% y 36.25%, es decir, unos quince puntos inferiores a 2020.
¿Quiere ello decir que en las de 2024, seguirá aumentando la misma pauta abstencionista de 2020, y Galicia pasase a ser el paladín del rechazo?
En las Generales de 2019, con un 44,14 % de abstención podría aludirse que Galicia ya “olfateaba políticamente” el futuro político que nos esperaba, y, en 2023, con un 26.86% de abstención, realizó como la mayoría de los españoles un esfuerzo para evitar la continuación del triste precedente.
Tener en cuenta, que no cabe llamarse a sorpresa que los Partidos Políticos en general recurran a todo tipo de estrategias contra el adversario en periodo de Elecciones, a fin de contrarrestar la posible hegemonía del aparentemente más fuerte. (Léase “Pellets”), pero desengañémonos, dependería de convertirse en acosador, dependiendo de encontrarse en la oposición o no, lo cual no quita una desgracia medio ambiental más, sobre la cual queda mucho por escribir.
La condición política exige desdramatizar o dramatizar la situación en función de quién se encuentre a cada lado de la línea.
Por observar, aún resulta prematuro, los comportamientos granjeados por SUMA y PODEMOS, ya que todavía no existe suficiente ambiente electoral.
Por último, y ya comentaremos en otra ocasión los hechos llamativos de determinadas ausencias recientes sucedidas en el Hemiciclo para favorecer determinadas votaciones, a fin de poder distinguir si nos encontramos ante Mercadotecnia o Mercadeo político.
Algo similar ocurrió en la votación celebrada el 30 de junio de 2003 en la Asamblea de Madrid, en que dos parlamentarios electos, abortaron con su ausencia en la segunda votación de investidura la elección de Rafael Simancas como nuevo presidente de la Comunidad de Madrid.
Y, por último, otra significada ausencia sonada fue la del pasado 12 de diciembre del primer ministro húngaro, Viktor Orbán en una reunión de la Comisión Europea, el cual se ausentó en dicha fecha de la cumbre de líderes de la Unión Europea durante la decisión de abrir negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia. Un paso que sí respaldaban los otros 26 Estados miembros, en una maniobra pactada con el resto de los jefes de Estado y de Gobierno.
¿Todo lo anterior es hacer Política? o quizás evoca la obra musical, en un Mercado Persa, obra de 1920 del compositor británico Albert William Ketèlbey, sobre el ambiente de un mercado oriental. La música describe sucesivamente: la llegada de los camelleros y el paso majestuoso de sus monturas, junto a el canto de los mendigos.
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